Las crisis son buenas…si se aprovechan. El temor a los efectos de la crisis en los países árabes ha empujado al gobierno a tomar algunas medidas para fomentar el ahorro de energía. Son algunas de las que habría que tomar ..pero la ambición debe ser mayor. Hay que organizar una rápida transición hacia una economía baja en carbono. Esa es la tarea de nuestro tiempo. Y para ello es menester repensarlo todo: los transportes, al construcción, la agricultura…todo debemos repensarlo. Hay una razón fundamental para ello que debería bastar: cuidar el clima, frenar el cambio climático, menguar los fenómenos catastróficos asociados a éste.
Como somos como somos, esa razón hasta ahora no ha bastado. Quizás al sobreañadirle las razones económicas, la mengua brusca de nuestra billetera cuando llenamos el deposito de nuestro automóvil, aceleremos el cambio. Por eso el gobierno , las empresas, la sociedad debe aprovechar el miedo que suscita la subida del precio del barril de petroleo para remangarse y afrontar de una vez una asignatura pendiente : una profunda revolución de la eficiencia energética. Por el clima y/o por la «pasta»…pero hagamos los deberes.
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