Un jubilado griego se suicida. Era un farmacéutico retirado y tenía 77 años. Se suicida porque no se quiere verse en la indignidad de rebuscar en la basura para sobrevivir. Eligió para hacerlo la Plaza de Sintagma, el epicentro de las manifestaciones de los indignados griegos. Junto a un árbol.
El propio suicidio lanza un mensaje rotundo, habló con el gesto mas irrepetible,el mas radical.
¿Dormirán bien quienes han provocado esta situación? Los griegos que sacaron millones y millones de euros a paraísos fiscales, los que deciden desde despachos enmoquetados que van a apostar a que Grecia no pagará para ganar así un buen puñado de dolares o de euros manchados de sangre, quienes aprietan y aprietan los números olvidando que tras ellos hay personas humanas…
¿Dormirán bien? Mi intuición es que no. Cuando el subconsciente se haga dueño de sus noches y los restos de las buenas intenciones que germinaron en su infancia paseen por las esquinas del alma embrutecida…el sudor de las pesadillas aflorará. Su almohada amanecerá impregnada de una suciedad que el jabón no logrará limpiar.
Deja una respuesta